El partido entre Peñarol y Palmeiras provocó la violencia de los fanáticos. Los ataques fueron sofocados no por la policía local, sino por los 20 guardaespaldas brasileños. Por desgracia, tal comportamiento es una cosa habitual en el fútbol latinoamericano. Por lo tanto, varios estados de América Latina toman medidas particulares para evitar tales accidentes.
Por ejemplo, el Gobierno de Uruguay decretó la resolución de instalar las cámaras de reconocimiento facial para detectar los forofos violentos en caso de ciertos accidentes.
Venezuela adoptó sus propias medidas eficaces: para cada 5000 entradas, han de garantizarse mínimo 25 uniformados que puedan mantener el orden en el estadio.
Costa Rica elaboró otro decreto – todos los clubes se comprometen a presentar el plan detallado antes de cada evento grande al Ministerio de Seguridad. A su vez, para evitar el riesgo, en Argentina aprobaron las reglas siguientes: aumentar el control en las entradas del estadio, presentar la tarjeta de identidad, prohibir a los menores asistir el partido sin un adulto.
Por eso, que sea la policía pública o el agente privado, la seguridad es lo más importante.